Tomando una ducha [privado - advertencia]

Habia llegado hace unos cuantos dias a la academia.
Se habia integrado muy bien, ademas que pudo apreciar que incomparables bellezas estaban en toda el area.

-Ahhh, sera una muy buena estancia- dijo en voz alta con su tipico acento, caminando hacia los baños de profesores, con una cesta de ropa a cambiarse. Aunque no le molestaba mucho andar desnudo por los pasillos, pero no queria dar una mala impresion acerca de su comprotamiento. Por el momento.

Dejo la cesta con la ropa en los vestidores y sin importarle mucho rodear sus caderas con la toalla, camino a las duchas mas bien con esta en hombros, cantando una cancion.

-J'en ai marre de ceux qui pleurent.
Qui ne roulent qu'à deuxà l'heure,
Qui se lamentent et qui s'fixent
Sur l'idée d'une idée fixe
J'en ai marre de ceux qui râlent.
Des extrêmistes à deux balles,
Qui voient la vie tout en noir - entro a la ducha, y abrio el grifo.

Al sentir la calida sensacion del agua tibia en su cuerpo, no resistio mas e hizo aparecer sus orejas y cola felinas. Moviendo esta sensualmente alrededor de sus piernas y doblando sus orejas hacia atras.

No había tenido un buen día. Necesitaba relajarse, y que mejor que una buena ducha. En una canastilla llevaba ropa limpia y su celular, el cual siempre llevaba consigo. Apenas entro al baño de profesores, el aparato comenzó a sonar. Dio un suspiro y contesto.

– Habla Dante Schiavone – La expresión de su rostro cambio drásticamente. – ¡¿Cómo que no piensa pagar?! ¿¡Con quien cree que se esta metiendo!? ¡No importa por que medio lo lograras, pero ese sujeto debe pagar lo que debe! ¿Capicci? – Colgó la llamada abruptamente – ¡Maldición! Duendes de #$%&$# ¡Se pudren en oro, y no quieren pagar! – Dio un largo suspiro. Dejo el celular en la cesta y se dispuso a desvestirse.

Ya desnudo, se coloco la toalla al rededor de la cintura. Se apoyo de espaldas sobre la pared, mirando a la nada, mientras lentamente se despiezaba sobre ella, terminando sentado en el piso. – Maldición… – Sentía, que ya no se podía relajar.

-Argh, oh mon dieu como pude ser tan descuidado de olvidarme el acondicionador- dijo un poco conmocionado, saliendo de la ducha con un poco de jabon en el cuerpo y el cabello humedo; mientras su cola se movia de un lado a otro.

Al pasar al baño de los vestidores, noto una nueva presencia.

Por lo que estaba en los baños masculinos, supuso que seria un hombre, aunque por su señida figura podria ser confundido facilmente; sus cabellos blancos cubrian su rostro.

-"Oh la la, asi que veremos que tan lindas son estos nuevos seres~"

-Bonjour, mi querido compañero- dijo entre un tono coqueto y galante - Je m'apelle Francis et ¿que hace su persona en un lugar tan incomodo como ese? - se agacho para verlo mejor y para ser escuchado - un problème?

Estaba pensando en retirarse a su cuarto, aquella llamado lo había desanimado, pero una voz lo distrajo de sus pensamientos. Una voz agradable por cierto. Alzo la mirada, sus ojos carmesí penetraron en los del otro, sus ojos brillaron, frente a el se encontraba la cosas mas bella que había visto desde ya mucho tiempo. Dio una pequeña sonrisa. Se acomodo los cabellos para atrás, para dejar ver su rostro.

– Si… problemas en el mundo de los negocios… – Suspiro. Lo miro coqueto – Pero su belleza me ha subido los ánimos – Sonrío. – Por cierto. Mi nombre es Dante. Mucho gusto. – Le ofreció su mano, para estrecharla con la suya.

Estrecho su mano de manera elegante, moviendo su cola de un lado a otro.

-Merci et es un placer conocerte Dante - lo jalo para que se pudiera parar frente a él y a la vez poder apreciar toda su belleza, aunque claro estaba esa ridicula toalla impidiendo verlo en su totalidad. Aun no entendia el por que de cubrir la belleza humana, supuso que serian cuestiones eticas.

-Supongo que tambien eres profesor de este instituto - "algo muy obvio"- Creo que mi estancia aqui sera buena, tu que opinas-

Preguntando esto, le dio la espalda y se puso a buscar entre sus cosas el acondicionador para cabello; dejando ver como se movia, cual bailarin de vals.

– Supones bien mi bello colega – Sonrío – Soy profesor de religión – Soltó una pequeña risita, como si de algo divertido se tratara. – Pues… el lugar es interesante. Hay seres muy lindos aquí~ Lo tenemos a usted como ejemplo. – Le guiño el ojo – Por cierto… ¿Profesor de que es?

Se quedo mirando la espalda del otro, como hipnotizado, no pensó encontrar tan belleza en aquel lugar.