Nombre: Akira
Edad: 17 años
Nacionalidad: Japonés... o al menos eso cree él mismo.
Especie: Humano
Poderes: Más bien, habilidades. Es bueno en combate cuerpo a cuerpo, sabe manejar a la perfección el cuchillo y no tan bien la espada, aunque igualmente es bastante diestro con ésta.
Alumno o Profesor: Alumno de tercer grado
Descripción Física: Mide 1.75, es de tez blanca y delgado, de extremidades fibrosas. Su cabello es claro, de una tonalidad grisácea bastante poco común. Sus ojos son de color pardo bastante profundos y expresivos. Tiende a usar una chaqueta negra y una polera naranja debajo de esta, junto a unos pantalones café claro.
Descripción Psicológica: Si no lo molestan, es una persona de carácter tranquilo, hasta puede llegar a ser simpático, aunque la risa no sea característica en él. Desde niño aprendió a adoptar una personalidad fría e indiferente para hacer frente a la crudeza a la que se ha visto expuesto desde que alcanza a recordar. Sin embargo, con todo y esto, es una persona sensible y amable, aunque lo oculta, pues teme que los demás se tomen la confianza y acaben haciéndole daño, no le gusta mostrarse débil ante nadie.
Historia de su personaje: Jamás conoció a sus padres, habiendo crecido en un orfanato ubicado en un tranquilo campo a las afueras de una ciudad. Tuvo un buen y único amigo en aquel lugar, hasta que éste murió, por lo que decidió no volver a encariñarse con la gente, pues ésta siempre lo abandonaba (como sus padres). Allí vivió hasta su décimo cumpleaños. A esa corta edad, escapó de su “prisión” y huyó a la ciudad, donde se alimentó de lo que robaba o encontraba en las frías calles, hasta que un desafortunado día es secuestrado por unos bándalos que había conocido en el orfanato (con los cuales jamás tuvo buena relación). Éstos lo violaron y golpearon, hasta que él decidió tomar las riendas de la desagradable situación… matándolos a todos. Se apoderó del cuchillo del líder de la banda y lo conserva hasta hoy, pues le recuerda que debe valerse por sí mismo si quiere vivir, sólo él se puede defender, nadie más lo hará por él.
Llegó a la academia al ver que en aquel lugar se encargaban de proteger a los pocos humanos que iban quedando, y la ciertamente, estaba aburrido de vivir en las calles.
Otros:
-Porta un cuchillo entre sus ropas.
-Ama los perros, pero no lo demuestra.