El pelirrojo llegó al cine con los cabellos ondeando al viento. Puso las manos sobre la cintura, después de colocarse bien las gafas y dar un largo suspiro que dejase ver sus dientes afilados.
-Aah~ Me pregunto qué haré ahora... -Susurró. Miró la cartelera. Entre las películas, había una llamada... eeh... Bueno, la verdad es que no sabía leer ese idioma, solo se le daba bien el latín, el inglés antiguo y, por supuesto, su lengua materna, la shinigami. Avanzó un poco por el lugar, dando un par de vueltas sin dejar aquella película. Tenía pinta de ser muy romanticona y jodidamente rosa. Es más, en la cartelera salían los dos protagonistas en una pose muy melona, mirándose como embobados... Justo la clase de películas que le gustaba-. ¡Yei~! -Corrió como una colegiala hasta la taquilla y se puso en la cola para comprar sus entradas.